sábado, 5 de diciembre de 2015

Terapia de vidas pasadas, una opción no invasiva de sanación emocional

La terapia de vidas pasadas sirve para curar casi cualquier tipo de trastorno emocional y de comportamiento, como por ejemplo las depresiones, crisis de ansiedad, disfunciones sexuales, anorexia y bulimia, pánico, miedos, adicciones de todo tipo, fobias, enfermedades psicosomáticas, inseguridad, timidez, insomnio, y cualquier relación conflictiva.

Nos permite encontrar y volver a reproducir en un entorno controlado los orígenes de las raíces enfermizas que son la causa de los problemas actuales.

La TVP no sólo ayuda a aumentar el conocimiento de uno mismo sino también alcanzar a una sabiduría interior que permite a mejorar la relación con los demás y diseñar nuestra propia vida.

A través de la TVP la persona incrementa el conocimiento de sí misma, se vuelve más consciente de cada uno de sus actos, deja de culpar a los demás de sus propios fracasos y se responsabiliza de su propia vida. Comprende que es "artífice de su propio destino", que continuamente podrá ir cambiando conforme a su escala de valores. Es capaz de convertir un problema en una oportunidad de crecimiento y de autoconocimiento.

Esto le permite ampliar su horizonte interior, conociéndose y aceptándose más tal y como se es, y por ende mejorar la relación con el prójimo.

Para recibir una TVP no es preciso creer en la Reencarnación. La Terapia acciona más allá de la creencia, no sólo del paciente, sino también del terapeuta.

No basta con recordar lo que se vivió en las vidas pasadas, sino que es necesario vivenciar y sentir en el cuerpo las sensaciones , emociones y sentimientos que provocaron esa situación, con el propósito de que el espíritu pueda liberarse, y así producir el alivio, la comprensión de lo ocurrido, libera esa energía atrapada.

Al recuperar esa energía, aumenta la capacidad y poder personal, sintiéndose pleno para actuar con libertad.

Antes de someterse a una TVP es necesario tener una o dos entrevistas previas de diagnóstico y evaluación con la terapeuta, además de servir para conocerse y despejar todo tipo de dudas.

 Después de esas dos entrevistas, se concreta la fecha para la sesión de regresión que durará alrededor de 1.5 horas. En cada una de ellas se comienza y se termina el trabajo, sobre todo en temas puntuales que el paciente requiere trabajar.

Es por eso que en determinados casos, si el paciente ya está preparado con un trabajo previo, sólo son necesarias unas pocas sesiones.

El rol del terapeuta consiste en guiar, acompañar y ayudar al paciente a trabajar con cada una de las emociones que viene arrastrando de desde sus vidas pasadas, pero que ya no tiene por qué seguir cargand en la actualidad.


Al sacar a flote y agotar cada una de sus emociones, el paciente obtiene en seguida una sensación de estar liviano, de sentir alivio, al haberse quitado una gran piedra de la espalda que ya no le pertenece.

La TVP se realiza a través de un estado expandido de conciencia, mediante el cual el paciente aumenta el grado de receptividad y emotividad, accediendo al mundo del inconsciente.

Si bien la persona se encuentra en un estado alterado de conciencia, sigue estando alerta a lo que sucede en el aquí y ahora, permitiendo revivir los síntomas y trabajando todas aquellas emociones que la están perturbando en la actualidad.

Grandes conflictos emocionales, pérdidas profundas, amores u odios apasionados, traiciones, problemas, enojos, avaricia, soberbia, etc., pueden ser los causantes de que parte de nuestra energía quede atrapada allí, en esa circunstancia, en esa experiencia, que corresponde a otro tiempo, a otra realidad, pero que se activa frente a una situación similar en el presente.

Mediante la TVP permitimos que esa energía atrapada pueda liberarse, produciendo el desvanecimiento del síntoma o conflicto.

La TVP es una técnica psicoterapéutica transpersonal, que utiliza la regresión de la memoria como herramienta de abordaje.

Mediante la técnica de regresión el paciente revive ciertos hechos significativos de su pasado ( de esta vida o de otras), cuya carga emocional está todavía activa, incidiendo en el presente, y que le obstaculiza actuar con libertad (esto es lo que causa el síntoma de bloqueo, angustia, dolor físico, etc).

Al revivir la experiencia traumática que originó el síntoma, permitimos que esa energía atrapada pueda liberarse, y justamente ésa es la sensación que provoca en el paciente un alivio y liberación.

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